miércoles, 18 de febrero de 2009

Robin García


En 1977, Robin García pasó a estudiar a la Facultad de Agronomía en la Universidad de San Carlos. Desde sus años en la educación básica, Robin había participado en un grupo clandestino de jóvenes. En 1976, se incorporó al Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), organización rebelde que estaba estableciéndose en el área urbana en ese tiempo. Ya como universitario, García siguió trabajando con los estudiantes del nivel medio, siendo el responsable de Caballeros y de otros dirigentes estudiantiles en la Subcomisión de Organización del Sector de Secundaria. El 28 de julio 1977 en Ciudad Satélite, Mixco, García y Caballeros participaron en la conmemoración del primer aniversario de la caída de tres estudiantes de su organización. Salieron juntos del acto, pero nunca llegaron a casa. Dos días después, el cadáver de Caballeros se halló en la zona 11. Robin García, mientras tanto, seguía desaparecido. La desaparición de García, de 19 años, hizo sentir a los estudiantes la necesidad de dar una respuesta fuerte ante el resurgimiento del terror en contra de su movimiento. En los días siguientes a la desaparición de García, hubo movilizaciones tanto de los estudiantes de nivel medio como de los universitarios. En la capital así como en varias cabeceras departamentales, las protestas tuvieron eco. Hubo manifestaciones frente el Palacio Nacional, paros en los establecimientos y grandes marchas por las calles de la ciudad, bajo la consigna: "Queremos vivo a Robin". Además, por medio de recaudaciones de fondos, varias facultades lograron publicar campos pagados en los que exigían la aparición con vida del estudiante. Una semana después, el 4 de agosto de 1977, el cadáver de Robin García fue encontrado por campesinos en Palín, Escuintla, a la orilla de la carretera. Su cadáver había sido brutalmente golpeado, sus prendas de vestir, pantalón y camisa, habían sido cambiados y no tenía zapatos. Entre sus bolsillos fue posible localizar un carnet de identificación y una nota que atribuía el hecho al Ejército Secreto Anticomunista (ESA), uno de los principales grupos paramilitares. La figura de Robin García llegó a ser más grande en muerte que en vida. El 5 de agosto más de 50,000 personas acompañaron su ataúd en la marcha quizá más grande de duelo en la historia de la Universidad de San Carlos. Los participantes portaban claveles rojos, signo de amistad, que los estudiantes convirtieron en símbolo de lucha. El entierro, a la vez manifestación silenciosa, paralizó el tránsito en la ciudad. En los siguientes días expresiones de repudio ante el asesinato dominaron las noticias. La Asociación de Estudiantes Universitarios y el Consejo Superior Universitario públicamente culparon al gobierno por la muerte de García y por la existencia de nuevos grupos oscurantistas, como el ESA, que se dedicaban a atacar a "los sectores populares y democráticos". Además, aprovecharon la oportunidad para denunciar al sector minoritario capitalista, la "fascistización" de Guatemala, y la "explotación imperialista" de sus recursos naturales. Frente a estas críticas, el presidente Laugerud García adoptó una actitud defensiva, pero a la vez conciliatoria, permitiendo que se realizaran varias protestas en diferentes partes del país. Sin embargo, la muerte de Robin García señalaba el fin de la apertura política y el resurgimiento del terror estatal y paraestatal. García, apenas terminando su adolescencia, se convirtió en uno de los principales mártires del movimiento estudiantil. En 1978 se hizo también símbolo del movimiento revolucionario, cuando su nombre fue adoptado por el Frente Estudiantil Revolucionario "Robin García" (FERG), una nueva e importante agrupación política estudiantil vinculada con el EGP y que llegó a abogar por la lucha armada ( El Gráfico : 4 a 10 de agosto 1977; entrevistas).

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